lunes, 6 de enero de 2014

Santa Teresa de Jesús, Ana de San Agustín y los Granero



Todos hemos oído a hablar en alguna ocasión de la famosa monja carmelita Santa Teresa de Jesús y conocemos algo sobre su vida o fundaciones. Para conmemorar el V centenario de su nacimiento que se celebrara el año 2015, le dedicamos esta entrada.

Corría el año 1580, cuando, el 21 de febrero, no sin una inicial resistencia, llega  a Villanueva de la Jara (Cuenca) Teresa de Cepeda y Ahumada a erigir la que sería su XIII fundación. Ya unos años antes, 9 devotas mujeres (5 mayores de 50-60 años y 4 hermanas huérfanas, dos de las cuales quedan en el convento, y a otras dos las despide la santa) vivían en la ermita de Santa Ana haciendo vida contemplativa. La acompañaban cinco religiosas, entre ellas, Ana de Pedruja y Pérez, natural de Valladolid, más conocida como Ana de San Agustín. Nacida el 11 de diciembre de 1555, había tomado el hábito en el convento de Malagón en 1577. Tras la marcha de Santa Teresa de Villanueva de la Jara, queda en el convento como tornera, provisora y sacristana, y más tarde como Priora. Años más tarde, ella misma sería la fundadora del convento de San José en Valera de Arriba (Cuenca) en 1600.

Tras una vida de visiones místicas, arrebatos, y numerosos milagros en vida y después de ella, Ana de San Agustín fallece por un “dolor de costado” en Villanueva de La Jara (Cuenca) el 11 de diciembre de 1624, el mismo día de su nacimiento, en olor de santidad. Su proceso de beatificación comenzó poco después de su muerte, pero por circunstancias históricas estuvo detenido muchos años hasta que fue nombrada Beata el 15 de diciembre de 1776 por el Papa Pio VI.

Su cuerpo incorrupto se encuentra en un sepulcro instalado en el coro del magnífico convento carmelita de Santa Ana de Villanueva de la Jara (Cuenca), lugar que no debemos dejar pasar si visitamos esta hermosa villa conquense.

Pasemos a hablar de su relación con algunos miembros de la familia Granero.

Monjas de dicho convento y compañeras de Ana de San Agustín son las hermanas Juana de San Agustín y Camila de Jesús, hijas de don Francisco Granero de Heredia y doña María Ruiz de Laredo, vecinos de Alarcón (Cuenca). Son asimismo sobrinas de Melchor Granero de Heredia, “cura viejo” de la iglesia de San Juan en Alarcón y hermanas de Melchor Granero de Heredia “cura joven” de la misma iglesia.
En su testamento en Alarcón el 8 de agosto de 1618, don Francisco Granero de Heredia afirma que su hija Juana de San Agustín renuncia a la herencia, no así Camila de Jesús:


“… yten digo que atento que yo entre monxas a mis Hijas Juana de sant augustin y a mi Hija camila de jesus monxas y aunque la dha juana de sant augustin mi Hixa renunzio Herenzia no la Renunzio la dha camila de jesus mi Hija y con anbas gaste mucho en dotarlas y los demás gastos …”

Con la madre de ambas monjas, realiza un milagro la santa:

“Estando Doña María de Laredo vezina de la villa de Alarcón enferma y deshauciada de los Medicos y dados los sacramentos, sus hijos embiaron a Villanueva un propio a la Me Juana de sn Agustin su hermana, y hija de la enferma monja en el convento de las Descalzas Carmelitas de aquella villa, dándole parte del estado en que estaua su Me, que instasse con la Venerable Me Ana de sn Agustin pidiesse a nro señor diesse salud a su Madre, si auia de ser para gloria de nro señor su Magd o la dispusiesse para que su muerte fuesse de manera que le gozasse. La Religiosa con mucho sentimº y lagrimas de ver a su madre en aquel estado, se fue a la sierva del sr a pedille lo que su madre y hermanos pedían, a lo que ella le respondió, consolándola, y diziendole, No le de pena hija confie en nro señor, que su madre no morirá de esta enfermedad y presto estará buena. esto escrivio la Me Juana a su madre, y hemanos, diziendoles tuvieran mucha fe y confianza qe lo qe la sta me dezia, se cumplia, dándoles por exemplo lo que auia sucedido con el canonigo Valenzuela que dexamos dho y tubo tanata fuerza y eficacia esta palabra qe la sierva del señor dio y recibiose con tanta fee assi de la enferma, como de todos los de su casa que sin poner nuevos medios, ni administralle medicamentos fue Dios servido, que desde luego comenzó a mejorar y estuvo buena. "[1]

Tenemos el relato del encuentro de la madre Juana de San Agustín (Granero) con el “diablo”:

“Llegó vna noche la Madre Iuana de San Agustin a atizar la lámpara, que daua luz al dormitorio de las Religiosas y mientras lo hazia, cogieron los demonios vna alcuça de azeite, que estaua en vna alacena junto a la misma lámpara, y sin q ella lo viesse, se la echaron en las espaldas. Hallándose toda bañada de azeite, y sin saber quien le huuiesse hecho la mala obra, fue cuidadosa a la celda de la Venerable Madre, a decirle lo que le auia sucedido. Entró en su celda, y halló riyendo a la Santa, y antes que la paciente le dixesse nada, le dixo: Vaya, hija, a limpiarse, yno tenga pena, que el tiñoso, ya que no ha podido mancharle con sus torpes tentaciones el alma, le ha querido manchar el cuerpo. Con esto salió la Religiosa, y conoció la luz que de todas las cosas la Venerable Madre poseía; y sin duda fue tan grande, que las mas ocultas alcançaba ."[2]

A la misma la libra de la enfermedad del garrotillo:


“El primero fue con la Madre Iuana de San Agustín. Esta Religiosa estaua con vna enfermedad de garrotillo, q la tenia en tal aprieto que todos temian su muerte. Vna noche estando recogida la Comunidad, pidió á la enfermera q la acompañaua q la dexasse sola por si podía sossegar vn poco, hizolo assi, y quando le pareció que no seria sentida, ni vista de nadie, se leuanto de la cama, y fue con mucha dificultad al sepulcro de la V. M. para valerse del fauor de su intercesión en aquel aprieto. Estando haciendo Oracion con este afecto, se le apareció la V. Madre en el mismo habito y forma que quando viuia, lleno de claridad, y hermosura el rostro. Arrojóse la enferma a sus pies, y la Santa, con grande amor, y benignidad la leuantó del suelo, y tocándole con su virginal mano la garganta, le dixo: No temas hija, que ya estas buena, y con esto desapareció, y la Religiosa con mucha alegría, y aliento se boluió a la celda, y por la mañana la halló tan buena el Medico, que la mandó leuantar, siendo assi que la tarde antes la reconoció estar en peligro ."[3]

O la libra de pensamientos sensuales:

“Sucediole a la M. Iuana de San Agustin, q vn dia se halló con vehementísimas tentaciones sensuales, y con la experiencia q tenia de q en tocado alguna cosa de la V. Madre se le quitauan, se fue a su celda a buscar tan saludable medicina. Halló a la Santa escriuiendo unas cartas, y sin que lo echasse de ver tomo una della, y entrándola en el pecho, la puso en el coraçon. Apenas este sintió el contacto, quando recibió el aliuio porque estando la tentación gozó de notable tranquilidad, y defensible dulçura. Viendo lo que la Fé, y los meritos de la sierua de Dios le auian merecido, le dixo lo que con su carta le auia pasado. Ella le dixo, le boluiesse la carta, y tomasse vna Cruz pequeña que traia en el escapulario interior. Diósela, diziendo, tome esta Cruz q con ella se le quitaran todos estos disparates, q no quiere el demonio mas q afligirla. Fiese de mi, y crea, que no ha caído en lo que piensa. Entre su coraçon en aquel amoroso pecho de Christo, y verá como le vá. Fue cosa rara, y peregrina, que desde el punto que le dio la Cruz, jamás en todo el discurso de su vida tuuo tentació alguna contra la castidad, como ella lo afirma con juramento, y todo se haze persuasible a mi juicio con el que tengo formado de su grande santidad, y milagrosa pureza."[4]

Al Cura de Alarcón, Melchor Granero de Heredia lo libera de tentaciones impuras:

“En particular lo confiessan averles sucedido assi, el Marques de Moya, hijo del Excellentissimo señor Marques de Villena, grande devoto suyo, el Licenciado Granero, Cura de Alarcón, Don Fernando de Granada, Chantre de la Santa Iglesia de Cuenca, los quales confiessan de si, que no solo con la vista, y habla de la Venerable Madre, quedavan libres deste molesto genero de tentaciones, sino nuevamente aficionados a la castidad."[5]

O realiza un milagro con un crucifijo de la santa:


“Doña María de Haro estaua acabando de vna rigurosa enfermedad, tenia don Melchor Granero, cura de Alarcon vn Santo Christo que la Venerable Madre traxo consigo, dioselo a la moribunda, y estuuo luego buena, con assombro común de los que allí estauan ."[6]

Con Francisco Ruiz Granero realiza otro milagro el año 1626:

“Francisco Ruiz granero hijo de maria granera y de diego martinez de fuentecilla Vecinos que eran de villanueba de la jara y el moço de hedad de veinte y un años el quel vino del campo con un terrible dolor en un braço que no le dejava sosegar ni le podía menear la dha su madres y una hermana suya llamada maria granera le exortaron a que se pusiese en el las reliquias que tenia de la sierva de Dios ana de san Agustin que eran los que diximos que avian dado salud a catalina de mondejar conviene a saber unos poquitos de cavellos un pedaçito de camissa y un poquito de la venda con que avian una bez sangrado a la sierva de dios todo en un bolsito buscolas el mançevo donde las solia tener Porque las acostumbrava a tener consigo no las allo ni en otras partes que las busco dijoselo a su hermana que le dio su bolsito como otras tantas y de la misma manera porque las que les dieron las partieron en tres partes y hiçieron sus bolsitos para ellas tomolas el mancevo y con fee y devoçion apretolas en la mano que sentía el dolor junto con su braço y procuro dormir que como el cansancio hera tanto bençio al dolor y a medianoche despertó diciendo que estaba bueno y que ya no sentía dolor que la santa lo avia sanado y al lado sin saber como en su mano los dos bolsitos el que se le avia perdido y no podía allar y el que su hermana le avia prestado y ellos y la mano toda bañada de agua como si la hubiera puesto en algún basso dells y nunca mas sintió en el braço cossa ninguna lo qual se tubo por milagrossa sanidad por aver sido repentina y sin averse hecho remedio ninguno y averse allado en la dha mano del enfermo las reliquias perdidas sin que nadie se las pudiesse aver puesto en ella y averse allado con tanto sudor. "[7]

Y sucede lo mismo a María García Granero:

“Con vn pedaço deste velo hizo Dios vn singular milagro con Maria Garcia Granero. Esta tenia vna mano perdida de vnas llagas que en ella se le hizieron de suerte que por irse afistolando se determinaron los Cirujanos á cortársela. Mas ella fiando en la intercession de la Venerable Madre de paso atada a la muñeca vn pedaço de su velo, y con él estuuo sana aquel dia mismo ."[8]

Para más información:
http://webcatolicodejavier.org/AnaDeSanAgustin.html
http://www.paravosnaci.com/santa-teresa/vida


[1] Brebe relaçión y suma de la vida y virtudes de la Venerable Me Anna de S. Agustín Carmelita descalça y compañera de la Virgen S. Theresa de Iesus en la Fundaçion del Convento de Villanueva de la Jara. BNE. Manuscrito 2191. Fl.328-328v.

[2] SAN JERÓNIMO, Fray ALONSO de - Vida, virtudes y milagros de la prodigiosa Virgen y Madre Ana de San Agvstin, carmelita descalza, fundadora del convento de Valera y compañera de nuestra Madre Santa Teresa de Iesvs, en la fvndacion de Villanveva de LaJara. Madrid. 1668. Pg. 228.

[3] SAN JERÓNIMO, Fray ALONSO de - Vida, virtudes y milagros de la prodigiosa Virgen y Madre Ana de San Agvstin, carmelita descalza, fundadora del convento de Valera y compañera de nuestra Madre Santa Teresa de Iesvs, en la fvndacion de Villanveva de LaJara. Madrid. 1668. Pg. 255-256.

[4] SAN JERÓNIMO, Fray ALONSO de - Vida, virtudes y milagros de la prodigiosa Virgen y Madre Ana de San Agvstin, carmelita descalza, fundadora del convento de Valera y compañera de nuestra Madre Santa Teresa de Iesvs, en la fvndacion de Villanveva de LaJara. Madrid. 1668. Pg. 202.

[5] SAN JERÓNIMO, Fray ALONSO de - Vida, virtudes y milagros de la prodigiosa Virgen y Madre Ana de San Agvstin, carmelita descalza, fundadora del convento de Valera y compañera de nuestra Madre Santa Teresa de Iesvs, en la fvndacion de Villanveva de LaJara. Madrid. 1668. Pg. 200-201.

[6] SAN JERÓNIMO, Fray ALONSO de - Vida, virtudes y milagros de la prodigiosa Virgen y Madre Ana de San Agvstin, carmelita descalza, fundadora del convento de Valera y compañera de nuestra Madre Santa Teresa de Iesvs, en la fvndacion de Villanveva de LaJara. Madrid. 1668. Pg. 263.

[7] Brebe relaçión y suma de la vida y virtudes de la Venerable Me Anna de S. Agustín Carmelita descalça y compañera de la Virgen S. Theresa de Iesus en la Fundaçion del Convento de Villanueva de la Jara. BNE. Manuscrito 2191. Fl.345-345v.


[8] SAN JERÓNIMO, Fray ALONSO de - Vida, virtudes y milagros de la prodigiosa Virgen y Madre Ana de San Agvstin, carmelita descalza, fundadora del convento de Valera y compañera de nuestra Madre Santa Teresa de Iesvs, en la fvndacion de Villanveva de LaJara. Madrid. 1668. Pg. 261.